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No es la lluvia, es su incompetencia

  • Artículo del portavoz de Grupo Municipal Socialista, José María Pérez, publicado hoy en El Comercio

La playa de San Lorenzo es mucho más que un arenal. Es un símbolo de Gijón que sentimos como propio quienes vivimos aquí y una buena parte de la sociedad asturiana, razón por la cual sentimos lo que le está sucediendo estas semanas como algo muy cercano y preocupante, como una herida en carne propia que nos conmociona y enfada.

En ese contexto, Carmen Moriyón pretende convertir la lluvia en la gran culpable de lo que sucede y en la gran excusa para eludir su responsabilidad. Dudo que nadie busque culpables locales de las tormentas, aunque veo a muchos tratando de escudarse en el clima para que no se hable de su incapacidad. Porque el problema no es la lluvia, es la incompetencia de quienes dirigen esta ciudad y han contribuido con sus decisiones al problema que sufre San Lorenzo.

¿Por qué una afirmación tan tajante? Porque la principal razón de los prolongados vertidos a la playa de estas últimas semanas es la ausencia de un pozo de tormentas en el parque Hermanos Castro cuyo encargo se remonta a diciembre de 2011. Si esa instalación estuviera operativa, se habría evitado que llegasen a la playa toneladas de grasas, residuos orgánicos y animales muertos, tal y como explicó el Director Técnico de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) en la Comisión de Medioambiente del Ayuntamiento.

Señaló también que lo sucedido nada tiene que ver con el funcionamiento o no de la depuradora puesto que, sin la existencia del pozo de tormentas, el caudal de los colectores hubiese provocado igualmente vertidos al río similares a los habidos durante estas semanas.

Además, el gobierno municipal reconoció que la inexistencia de este gran depósito impide la puesta en funcionamiento del colector de Viesques (unos 9 millones de euros de inversión), cuyas obras concluyeron en 2015 después de muchos meses de trabajos en la zona. Si el Metrotrén es el “tunelón” heredado de Cascos, este colector es un “tunelín” legado por Fernando Couto, igual de paralizado e inutilizable por culpa de la pésima gestión municipal.

El crecimiento en el número de usuarios de la red en los últimos años requería la construcción de ese colector para evitar o reducir los alivios al río que se prevén en situaciones de grandes lluvias. Sin embargo, los millones de euros enterrados en la obra no pueden utilizarse para este fin y la consecuencia la estamos viendo en nuestros ríos y en nuestra playa.

Durante el gobierno municipal de Carmen Moriyón y su equipo, la Empresa Municipal de Aguas ha recortado un 43% las inversiones en la red de saneamiento y agua frente al periodo de gobierno de Paz Fernández Felgueroso. La inexistencia de criterios y objetivos por parte del gobierno local de FORO han arrinconado proyectos como este pozo de tormentas en el antiguo Parque Inglés, evidenciando su falta de compromiso con los problemas reales de Gijón y su nulo interés por prever y atajar riesgos futuros.

La historia de esta obra es la de un despropósito capitaneado por una Alcaldesa que trata los problemas desde la distancia y la superficialidad y tres concejales foristas en los que ella delegó la presidencia de la EMA, Fernando Couto, Esteban Aparicio y Ana Braña, que parecen haber estado más distantes aún de las necesidades de la empresa pública que han presidido.

Fernando Couto presidía la EMA en diciembre de 2011 cuando se aprobó la contratación del proyecto del ya citado tanque de tormentas, igual que la presidía cuando se licitó la obra en mayo de 2013 y cuando se adjudicó en febrero de 2014 tras una subasta y una rebaja del precio del 36,5%. También era Couto quien presidía la empresa cuando el PSOE denunció en enero de 2015 el retraso en el inicio de esas obras, gracias a lo cual supimos que los estudios encargados por la EMA estaban mal hechos y que el coste tendría que incrementarse en un 38% respecto al contrato. Fernando Couto lo había estado ocultando pero la EMA se vio obligada a reconocerlo.

Tras las elecciones municipales de 2015, Esteban Aparicio sustituyó a Couto pero fue incapaz de liquidar el contrato de construcción del pozo firmado por su antecesor. Ana Braña le sucedió, pero en los dos años que lleva como presidenta de la EMA solo acertó a pagar una indemnización de más de 150.000 euros a la empresa constructora que Couto había elegido y a contratar la redacción de un nuevo proyecto, eso sí, dando un traspiés tras otro.

Hoy, en el ecuador de junio de 2018, seis años y medio después de iniciar el expediente, la situación es la misma y ni siquiera se ha iniciado la contratación de una nueva empresa que pueda construir el pozo de tormentas, pese a que la EMA tiene decenas de millones de euros en su hucha.

Sin embargo, las consecuencias de la desastrosa gestión han ensuciado la imagen de nuestra playa y de la ciudad. Los malos olores, el color del agua y la contaminación biológica recogida durante varios días son una metáfora de la gestión del gobierno de Carmen Moriyón y deben suponer dimisiones o ceses de quienes han protagonizado este monumental despropósito. No es la lluvia, es su incompetencia lo que ha provocado este desastre.