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Ana González Rodríguez: «2021 será un año de recuperación y la idea es no subir tasas ni impuestos»

  • Entrevista publicada en El Diario El Comercio I. VILLAR

«Seguimos reclamando poder usar el remanente, pero soy la alcaldesa de Gijón y haré lo que tenga que hacer por el bienestar de los vecinos»

«No habrá Noche de los Fuegos; no hemos hallado nada asumible para sustituirlos»

«La reforma de la fachada marítima de Fomento busca empezar a construir un nuevo proyecto de ciudad y que Gijón mire más al mar»

Recién superado su primer año al frente del gobierno municipal, Ana González (Oviedo, 1963) afronta el reto de salvar un verano atípico, marcado por la incertidumbre en el ámbito turístico y por el impacto de las medidas de distanciamiento social tanto en la programación de actividades como en el propio uso de las playas.

-Comienza una época clave para el sector turístico. ¿Cómo prevé que sea este verano?

-Todavía no hemos recibido los datos del sector para saber si las cosas van como nos gustaría que fueran, pero se nota que ya está llegando gente a Gijón. De momento, muchas personas que tienen aquí una segunda residencia. Pero afortunadamente también empezamos a tener reservas en los hoteles. E incluso algo de turismo extranjero, lógicamente aún con timidez, porque hay muchas fronteras cerradas. En principio los datos son positivos, pero necesitamos que sean algo más que positivos.

-Recuperada ya la movilidad, ¿ve posible acercarse a los niveles de ocupación de otros años?

-Sinceramente, es muy difícil. Creo que hemos acertado al dirigir la campaña primero al ámbito nacional y, dentro de él, al más cercano, el de las comunidades vecinas y el de Madrid, que para nosotros es un nicho importante. Pero hay que pensar que lo que pueda venir de fuera será un pequeño goteo de personas, lo que también es comprensible. Aunque será positivo lograr un pequeño intercambio con estas regiones cercanas y que además gente de otras partes de Asturias venga aquí a pasar el día e incluso a pernoctar. Gijón ofrece muchas cosas también para quienes viven en el oriente, en el occidente o en cualquiera de las ciudades asturianas.

-Un activo esencial de Gijón son sus playas. ¿Cuesta ‘venderlas’ cuando se anuncia que su aforo es limitado?

-Todo lo contrario. Lo que demuestra es que Gijón es una ciudad seria, que va a cuidar a quien venga. Si yo este verano me planteara irme de vacaciones, elegiría un destino en el que me aseguren en la medida de lo posible que hay un control y que la primera preocupación sigue siendo la salud de las personas.

-¿Está funcionando correctamente el sistema de acomodadores de playa?

-Salvo un único correo electrónico, todas las opiniones que me han llegado, que son muchas, son positivas. A través de los propios serenos y del servicio de salvamento, en las redes, gente que me escribe, personas que se acercan a mí por la calle… Todos destacan que son muy respetuosos, con ganas de ayudar y que dan mucha información, que era el objetivo.

-Este verano no habrá Festival Aéreo ni feria taurina. Y la Semana Negra y Metrópoli han tenido que adaptarse a la ‘nueva normalidad’. ¿Saben ya cómo será la Semana Grande?

-Tenemos un proyecto hecho, pero de momento solo puedo decir que habrá muchas cosas que pasarán en muchos sitios. Hemos remitido al Principado nuestra propuesta para todo el verano, pero para presentar el programa esperaremos hasta tener su autorización y a que la Consejería de Sanidad nos diga que todos los formatos cumplen con las medidas de seguridad.

-¿Para cuándo confían en tener una respuesta?

-Espero que contesten pronto, porque la previsión es empezar la programación del verano el 13 de julio.

-¿Con qué van a suplir los fuegos artificiales del 14 de agosto?

-No hemos sido capaces de encontrar ningún sistema económicamente asumible para sustituirlos y la decisión que he tomado es que no habrá Noche de los Fuegos. Estuvimos mirando dos posibilidades. La primera, un espectáculo con drones que resultaba imposible por cuestiones de seguridad aérea y por su precio. Y la segunda, uno de luces. Pero si los fuegos de Begoña y de San Xuan cuestan juntos 70.000 euros, este espectáculo de luces serían 300.000. Y en esta época, sinceramente, no podemos dedicar 300.000 euros en una noche a hacer figuras en el cielo con focos de colores.

-¿Y habrá Feria de Muestras?

-La Cámara de Comercio está trabajando con mucha seriedad para que la haya. Y ojalá, porque significará que seguimos avanzando positivamente. Hay muchas empresas interesadas en que haya Feria, que quieren que la haya y que quieren estar allí. Y el Ayuntamiento también sigue trabajando en la preparación de su estand.

-El Principado es reticente en torno a cuestiones como su aforo…

-Lo que está claro es que será una Feria distinta. No podemos pensar en gente agolpada en un estand o para subir a una caravana. Pero la Cámara ha hecho todo un plan de contingencia con itinerarios de un solo sentido, entradas, salidas, muchas medidas de higiene… En agosto aún habrá que seguir siendo prudentes y precavidos.

Parques infantiles

-Durante la ‘desescalada’ tuvo algunas discrepancias con el Principado en asuntos como la reapertura de los parques infantiles. ¿Ha afectado a su relación?

-La relación es buena. Y no siento que hubiera realmente discrepancias, sino ópticas diferentes. En un momento dado pensé que debía abrir los parques, pero tenía claro que si la autoridad sanitaria me decía que no, era que no. Y en cuanto dijeron que era mejor esperar una semana más, volvimos a cerrarlos sin que hiciera falta ni siquiera una comunicación oficial.

-¿Han aprovechado la crisis sanitaria para imponer una agenda sobre movilidad?

-La agenda ya existía antes y por tanto no se puede hablar de imposición. Nosotros hemos venido a hacer cosas. Entre ellas, desarrollar una nueva forma de movernos por la ciudad. Pero además, con el coronavirus, como decía muy bien el concejal (Aurelio Martín), lo que no podemos permitirnos son los atascos de peatones. Y para evitarlos, y para que podamos andar por Gijón sin estar demasiado juntos, hemos tenido que tomar algunas medidas de peatonalización que coinciden con la agenda de movilidad que ya teníamos. Porque ante una crisis como esta, un gobierno serio lo que tiene que hacer es actuar. Sé que hay alcaldes que se quedaron en casa, pero aquí no. Aquí estuvimos trabajando.

-¿Respalda las acciones puestas en marcha por el concejal de Movilidad?

-Sí. Creo que desde su concejalía están haciendo un gran trabajo, coordinándose además con otras como la de Obras Públicas.

-Ya han dicho que algunas medidas vienen para quedarse…

-Queremos que las calles sean para las personas. Y este objetivo atiende a las recomendaciones de las instituciones españolas y europeas y nos une a las principales ciudades del mundo. No podemos quedarnos fuera de la evolución positiva mundial. Gijón nunca fue una ciudad anticuada o que estuviera de espaldas a la realidad. ¿Por qué vamos a serlo ahora? Es curioso que cuando preguntamos a la oposición si creen que hay que peatonalizar dicen que sí, pero no dicen dónde. Se habla en el Pleno de que hay que ser una ciudad más sostenible pero luego no quieren que se haga nada. Si hasta ciudades como Madrid se están planteando ahora crear ‘supermanzanas’ y París va a quitar 60.000 aparcamientos. Y podríamos citar gran parte de las ciudades del mundo. ¿Cuántos cascos históricos hay que estén como el nuestro? En este renacer de Gijón a la vida, no podemos quedarnos fuera de las corrientes de pensamiento y de los nuevos modelos de urbanismo, de convivencia y de sostenibilidad.

-El Ayuntamiento prepara una profunda remodelación de la fachada marítima de Fomento. ¿Qué pretenden lograr con ella?

-Queremos empezar a construir un nuevo proyecto de ciudad, que como digo pasa por cosas como un cambio de la movilidad, la recuperación de la calle y poner a las personas en el centro de todo. Pero otro objetivo muy importante es lograr que miremos realmente al mar. Aunque nos dé la sensación de que convivimos con él, no es verdad. Estamos desaprovechando nuestro litoral. Una gran parte de Gijón mira poco al mar y queremos iniciar un proceso de transformación, sobre todo hacia la zona oeste, para que pueda ser visto, aprovechado y sentido directamente por sus vecinos.

-Se habla de un proyecto a largo plazo…

-Lógicamente es un proyecto que habrá que hacer por fases, en distintos mandatos y por distintos gobiernos. Pero por eso esto no será solo un concurso de ideas, sino una forma de despertar en la ciudadanía la necesidad de que atendamos a esta recuperación. Que sea nuestro proyecto, y cuando digo ‘nuestro’ no digo ‘mío’, sino de nuestra ciudad.

-Parte de los terrenos son propiedad del Puerto. ¿Cómo se conjugará esto a la hora de financiar las obras?

-Tendremos que trabajar conjuntamente, pero estoy convencida de que la Autoridad Portuaria también tiene como objetivo el bien común de Gijón. Y si no, habrá que convencerlos. El Musel es un elemento esencial para la dinamización económica, pero también es Gijón. Y no puede ni debemos dejar que viva aparte de la ciudad. Tendrá que formar parte de todo esto.

-¿Contemplan comprarles parte de estos suelos?

-Hagamos primero el concurso de ideas y luego ya iremos viendo cómo podemos actuar. Sería muy precipitado por mi parte decir ahora si vamos a comprar o a permutar nada.

-En una semana expira el plazo para la entrega de las obras de consolidación de Tabacalera. ¿Cuándo estará lista del todo?

-Ahora nos faltan la distribución interior, para la que se está haciendo el proyecto, y los dos edificios que albergarán la cafetería y una sala escénica. Aún es una obra importante, pero lo que tengo claro es que el edificio principal lo tendremos acabado este mandato. Va a ser un centro muy vivo, con cosas muy interesantes.

-¿Cuál es la situación económica del Ayuntamiento como consecuencia de la crisis del coronavirus?

-No es fácil. Tampoco vamos a decir que estemos al borde de un abismo, porque no es cierto, pero es verdad que necesitamos dinero. Y seguramente necesitaremos más el próximo año, porque según todas las previsiones será cuando más se noten los efectos de la crisis socioeconómica y además vamos a tener menos ingresos. Por eso, como el resto de ayuntamientos, estamos reclamando al Gobierno la posibilidad de usar los remanentes.

-La concejala de Hacienda ya anunció que al próximo Pleno se llevarán nuevas modificaciones presupuestarias para hacer frente a las pérdidas de las empresas municipales «haya cambios legislativos o no». ¿Están dispuestos a saltarse normas que marca la ley de estabilidad, como el techo de gasto?

-Yo soy la alcaldesa de Gijón para hacer todo lo que tenga que hacer por el bienestar de mis vecinos y vecinas.

-Y una acción así, ¿no tendría consecuencias negativas en el futuro? No está muy lejos el último plan económico y financiero que hubo que afrontar.

-No soy una persona inconsciente ni imprudente. Nunca pondría a mi ciudad en riesgo de algo grave.

-¿Tienen noticias del Gobierno central sobre el cambio legislativo que reclaman para poder utilizar libremente los recursos de los que disponen?

-A través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), en cuya junta directiva vuelve a estar Gijón, los ayuntamientos le hemos enviado al Gobierno una propuesta muy bien trabajada con una serie de medidas y ahora estamos esperando a que se pase de las palabras a los hechos. El presidente de la FEMP, Abel Caballero, nos informó esta semana de cómo siguen los contactos y reuniones y nos dijo que él es optimista.

-Tras el verano deben empezar a preparar las ordenanzas fiscales de 2021. En un contexto de caída de ingresos, ¿habrá subidas de impuestos?

-No. La idea es no subir ni impuestos ni tasas. Es verdad que el Ayuntamiento necesita aumentar sus ingresos, pero creemos que 2021 es un año de transición y de recuperación y tenemos que dejar un tiempo para que las empresas, la hostelería, el pequeño comercio y la hotelería vayan recuperando el ritmo. Y a no ser que nos encontremos en una situación extrema, que ahora mismo no preveo, el objetivo es que no haya subidas.

-¿Y en qué se traduce eso en lo que respecta al IBI diferenciado? Aprobado ya está.

-Sí, pero ya hemos dicho que este año no lo vamos a cobrar y el objetivo es no aplicarlo tampoco el año que viene, por la misma razón. No podríamos hacer un discurso sobre las ayudas municipales a la recuperación y al mismo tiempo dejar aparte a estas empresas. No, ayudaremos a todos. A mí me importan el pequeño comercio y la hostelería, pero también las grandes empresas, sean las que sean. Da igual industrias que establecimientos comerciales. Porque generan empleo y porque ahora lo que más me preocupa es que los vecinos de Gijón tengan trabajo y que todos los ERTE que se han puesto en marcha vuelvan a ser empleo.

-La federación vecinal les pide un mayor control sobre las terrazas que han solicitado ampliar su superficie…

-En todos los sectores y en todos los ámbitos de la vida hay gente que no cumple las normas. El Ayuntamiento dio una respuesta rápida a algo que creemos que articula la convivencia y la ciudad, como son los bares, restaurantes y sidrerías. Y la mayor parte de ellos están cumpliendo las normas, aunque siempre hay quien no lo hace. Nosotros estamos controlando que se cumpla lo que pactamos con Otea y sancionando cuando hay que sancionar. Y durante el verano reforzaremos ese control.

-¿Cómo?

-Para julio y agosto tenemos diseñado un plan para intensificar la presencia policial en las zonas con más bares y locales, pero también las de más agrupamientos de personas, porque a veces es en la calle donde no se cumplen las normas de seguridad. Debemos tener cuidado con criminalizar a la hostelería. Es importante recordar que quienes van a los bares son personas. Y, sin quitar responsabilidades al Ayuntamiento, también la acción individual es importante. Y por ejemplo hay una que es no entrar en un bar que claramente no cumpla las normas.

-¿Qué pasará con las ayudas complementarias que iban a sustituir a la renta social, una vez que el Gobierno ha aprobado el nuevo Ingreso Mínimo Vital?

-Tendremos que ver varias cosas. Por un lado, que en estos meses hemos tenido que dar el triple de ayudas de emergencia que en todo el año pasado. Y por otro, cómo se van uniendo las piezas, cómo va a complementar el salario social autonómico al ingreso mínimo vital y qué cuestiones quedan después sin cubrir. Debemos darnos un tiempo para ver cómo encaja todo, pero hay personas que ya sabemos que no van a tener de momento acceso al ingreso mínimo vital, por ejemplo las que no tienen papeles, lo que solemos llamar inmigrantes irregulares, y seguramente más grupos de población. Ahí tendrá que estar el Ayuntamiento, para no dejar a nadie fuera del sistema. Pero habrá que ver cómo lo diseñamos. Y otra cuestión que tengo clara es la importancia de la intervención social. Que las personas no solo tengan acceso a una ayuda, sino que logren autonomía para poder llegar a un empleo y vivir la vida como quieran hacerlo.