- El listado recopila un total de 2.338 especies y subespecies, el 40% de la flora peninsular
- La investigación se ha realizado en el marco del Convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Gijón y la Universidad de Oviedo para dotar de actividad científica a este equipamiento municipal
El equipo científico del Jardín Botánico Atlántico de Gijón, dirigido por Borja Jiménez-Alfaro, investigador Beatriz Galindo de la Universidad de Oviedo, ha elaborado el primer listado completo de la flora silvestre de la Cordillera Cantábrica con un total de 2.338 especies y subespecies de la flora silvestre, lo que representa el 40% de flora peninsular.
La Cordillera Cantábrica se sitúa, por tanto, entre los tres principales centros de diversidad florística de las montañas ibéricas, junto a los Pirineos y Sierra Nevada. De hecho, las tasas de riqueza taxonómica de la Cordillera Cantábrica han revelado que estas montañas tienen incluso una mayor riqueza florística, en función de su área, que las montañas pirenaicas. La tasa de endemicidad de la cordillera se sitúa en el 2,4%, precisamente el mismo porcentaje descrito para los Pirineos en trabajos recientes.
El estudio también aporta información complementaria de utilidad para futuras investigaciones, como un árbol filogenético de la flora o los indicadores ecológicos para el 80% de los taxones.
Esta investigación se ha realizado en el marco del Convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Gijón y la Universidad de Oviedo para dotar de actividad científica a este equipamiento municipal, y ha contado con el apoyo de 16 botánicos de las universidades de Oviedo, Lugo y León, junto a otros expertos conocedores de la flora cantábrica. Se ha centrado en un área de 15.000 kilómetros cuadrados que engloba las principales zonas de montaña cantábrica, desde los Ancares de Lugo hasta el Embalse del Ebro en Cantabria y, de un modo especial, la mitad sur de Asturias y las montañas del norte de León.
Dentro de la Red Natura 2000 en España, la Cordillera Cantábrica contiene la mayor concentración de espacios protegidos en función de su extensión geográfica, como base para la protección de especies emblemáticas como el oso pardo o el urogallo. Los autores del estudio concluyen que, desde el punto de vista florístico, la Cordillera Cantábrica es también un área de máxima importancia para las plantas que actúa como un punto de encuentro de la flora europea. Tal y como ha señalado Jiménez-Alfaro, esto se debe en gran parte a su localización bioclimática, en la frontera entre el mundo templado (la llamada España verde) y el mundo Mediterráneo de veranos secos que empieza a dominar en tierras leonesas. Otro de los factores que apuntan los investigadores entre las causas de la diversidad florística de las montañas cantábricas es su posición latitudinal, que sirve como refugio histórico de especies con diferente óptimo climático, desde los helechos subtropicales que encuentran abrigo en los angostos valles de la vertiente norte cantábrica hasta las sabinas albares que persisten en los enclaves continentales de su vertiente sur.
Combinando big data con expertos botánicos
Recopilar la información botánica de un territorio tan diverso y fragmentado administrativamente ha sido un trabajo exhaustivo. Los autores han seguido una aproximación semiautomática consistente en el uso de bases de datos nacionales para elaborar listados preliminares que han sido filtrados a nivel espacial y taxonómico, de modo que pudieran ser después revisados por los expertos botánicos. Este método de trabajo, de uso generalizado en las floras modernas, permite optimizar la gestión inicial de datos mediante herramientas bioinformáticas, para luego facilitar la revisión pormenorizada de todos los taxones por expertos de un área geográfica concreta o un determinado grupo taxonómico.
“Un hecho sorprendente del estudio es que la revisión por expertos ha detectado un gran número de especies que habían sido citadas erróneamente en la Cordillera Cantábrica, ya fuera por errores de identificación, por fallos en la georreferenciación de los datos originales en las bases de datos utilizadas o, en menor medida, por tratarse de especies cultivadas”, destaca el director científico del Jardín Botánico. En total se han detectado 492 especies y subespecies que no se corresponden con la flora silvestre de la Cordillera Cantábrica y que sin duda alteraban la percepción florística del territorio en las fuentes de datos originales. Por otro lado, los autores han incorporado al listado preliminar 125 especies o subespecies que no habían sido recopiladas en las bases de datos nacionales, incluyendo nuevos taxones descritos por los botánicos cantábricos en los últimos 20 años.
Con el fin de facilitar la futura actualización de la checklist, así como su utilización en estudios comparativos a escala nacional o continental, el listado sigue el criterio taxonómico de Euro+Med, la base de datos más avanzada sobre la flora de Europa y los países de la cuenca mediterránea. Los autores también ofrecen una versión digital del listado de modo gratuito en el repositorio internacional ZENODO y en la propia web del equipo científico del Jardín Botánico Atlántico de Gijón, con el fin de que pueda utilizarse por otros investigadores o por aficionados a la botánica en general. El objetivo de los autores es actualizar periódicamente el listado a medida que se avanza en el conocimiento botánico de la flora de la Cordillera Cantábrica.
Por último, el equipo que ha coordinado el estudio desde la Universidad de Oviedo recuerda que España figura entre los países con mayor diversidad florística de Europa. Según la recién terminada Flora Ibérica, la Península Ibérica y las islas Baleares acumulan un total de 5.878 especies de plantas vasculares. Conocer la distribución espacial de esta flora e identificar los centros de diversidad de las razas o estirpes vegetales que se han diferenciado en cada uno de ellos es uno de los retos que afrontará la botánica ibérica en los próximos años. En esta tarea, los jardines botánicos jugarán un papel principal como centros de conocimiento sobre la diversidad vegetal en todas sus formas.