Artículo de la concejala, Marina Pineda, sobre las consecuencias de municipalizar el servicio de ayuda a domicilio
No sé si es bisoñez, exceso de voluntarismo o puro populismo. El pasado jueves XSP, la marca local de Podemos, presentó al Pleno del Ayuntamiento de Gijón, al grito de “sí se puede”, una propuesta para la municipalización del servicio de ayuda a domicilio. Una propuesta que, bajo la dulce envoltura de la justa reivindicación, esconde un caramelo envenenado.
No desconocemos la precariedad de las condiciones laborales de los sectores de servicios, entre ellos el de ayuda a domicilio: jornadas parciales, horarios variables y bajos salarios. Condiciones comunes en sectores feminizados que contribuyen a profundizar la brecha salarial entre mujeres y hombres a pesar de las mejoras logradas a través de la negociación colectiva.
Parece razonable el intento de mejorar esas condiciones integrando a las trabajadoras en la plantilla municipal. Pero esta lógica choca frontalmente con la realidad de la legalidad vigente. A pesar de alguna sentencia que aborda tangencialmente la posibilidad de que un ayuntamiento se subrogue en los contratos de trabajadores de una contrata municipal (la enarbolada por la representante de XSP acabó con el trabajador despedido sin indemnización alguna) o de algún informe carente de cualquier rigor técnico, la doctrina de nuestros tribunales es clara.
El artículo 103.3 de la Constitución exige que el acceso al empleo público se rija por los principios de publicidad, igualdad, mérito y capacidad. Es decir, para pasar a formar parte de la plantilla del Ayuntamiento hay que superar un proceso selectivo, cuyos mínimos ya fueron fijados hace años por el Tribunal Constitucional. El largo proceso debe incluir una primera fase de examen y solo quienes superen ésta podrán pasar a la baremación de méritos, que nunca puede ser condicionante para que los aspirantes externos accedan a las plazas convocadas. Requisitos que son aplicables tanto a las administraciones como a sus organismos autónomos o empresas públicas. Porque no solo hay que salvaguardar los derechos de quienes actualmente trabajan en los servicios que se pretenden municipalizar sino también los de quienes esperan la convocatoria de plazas públicas como única posibilidad de empleo en una situación de alto desempleo como la actual.
La situación no es nueva. Olvida XSP que el camino que transitan ya ha sido pisado por muchos. Hace unos años, el Ayuntamiento de Avilés intentó algo similar con los trabajadores de la contrata de gestión de las instalaciones deportivas municipales. El resultado fue una sentencia que anuló las subrogaciones y un proceso selectivo en la recién creada empresa municipal de servicios a la que accedieron algunos de los antiguos trabajadores, otros perdieron su puesto de trabajo. Y en Oviedo tenemos ejemplos mucho más recientes. La decisión de municipalizar el servicio de recaudación ha finalizado con la imagen que los medios de comunicación nos mostraban este lunes: 1661 aspirantes compitiendo por 29 puestos de trabajo, sin ninguna garantía para los trabajadores que actualmente prestan el servicio, que ven peligrar sus empleos; al menos cinco trabajadores del Auditorio se han quedado en la calle.
A estas exigencias se añade en el caso de la ayuda a domicilio la de contar con una titulación que, pese a los procedimientos puestos en marcha por la administración asturiana en los últimos años no todas las trabajadoras poseen y sin la cual ni siquiera podrán presentarse al proceso selectivo. Esperemos que dentro de unos meses las trabajadoras de ayuda a domicilio de Gijón no se conviertan en las nuevas víctimas.
Y más que la propuesta de XSP, resulta sorprendente que el gobierno municipal de FORO se haya comprometido a llevarla a cabo, creando para ello una nueva empresa municipal. Una muestra más de la irresponsabilidad del equipo de gobierno de la Sra. Moriyón. Más sorprendente si cabe en un gobierno al que hemos tenido que forzar para que mejore, a través de la contratación pública, las condiciones de trabajo de quienes prestan servicios en las contratas municipales y que continua licitando contratos, como los de atención al público en centros municipales, con retribuciones que apenas alcanzan el salario mínimo interprofesional. Tal vez un intento de FORO de apuntalar la extraña alianza que gobierna la ciudad desde 2015, precisamente el día que se inicia la negociación del presupuesto para 2017.
Lo que sí tenemos claro desde el grupo municipal socialista es que no vamos a apoyar ninguna propuesta que ponga en riesgo los empleos de quienes trabajan en las contratas municipales, sean las trabajadoras de ayuda a domicilio o cualquier otro. Seguiremos exigiendo que se busquen fórmulas para mejorar sus condiciones de trabajo pero siempre teniendo como premisa irrenunciable el mantenimiento de sus puestos de trabajo. Porque con el pan de los trabajadores no se juega. Quien promete a estas trabajadoras un empleo municipal sin tener claro si es posible está generando falsas expectativas y, lo que es peor, pone en grave riesgo sus actuales puestos de trabajo. Espero que no acaben siendo el lamentable precio de una alianza.