Artículo del portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Gijón, José María Pérez
He leído con cierta sorpresa un artículo de Diego Barceló, consultor de empresas de Madrid, donde trazaba un paralelismo entre el pago de impuestos y los problemas de Asturias, como si fuésemos una especie de mundo aparte.
El Sr. Barceló consideraba que los socialistas abordamos los problemas desde prejuicios ideológicos (como si los demás no tuvieran ideología) y apuntaba que el pago de impuestos es un problema para nuestra sociedad que explicaría su atraso.
Respecto al pago de impuestos y el supuesto “infierno fiscal” hay que decir que en España la recaudación pública es inferior a la de la media de los países de la Unión Europea en porcentaje sobre nuestra economía, y Asturias está ahí como el resto del país. Los datos son claros: la recaudación pública en España supuso en 2015 el 38,6% del PIB pero la media en los países del Euro fue del 46,5%. Es decir, si España recaudara como la media de nuestros socios, dispondríamos de 88.000 millones de euros en las arcas públicas para invertir en I+D, en educación, en sanidad, en programas sociales o en eficiencia energética (que cada cual indique lo que estime prioritario). Esto seguramente explica mejor que otras cosas nuestro atraso en muchas materias.
Si esta comparación la hacemos con los países más avanzados del continente, a los que a menudo decimos que queremos parecernos, la situación es aún más desfavorable a España. En Noruega recaudan el equivalente al 55,2% de su actividad productiva; en Finlandia el 54,2%; en Dinamarca y Francia el 53,5%; en Austria el 50,6% y en Suecia el 50,4% del PIB frente al 38,6% de España. Con esa recaudación la cifra que antes indicaba crecería considerablemente y las opciones para abordar tareas pendientes también.
La argumentación del Sr. Barceló no se compadece con los hechos. Cuando cualquiera plantea algo, lo hace partiendo de sus principios y de la escala de valores correspondiente. Eso también vale en su caso y lo muestra en el contenido de su artículo, le llame prejuicio ideológico o como considere. En mi opinión, es imprescindible el papel del Estado como garante de derechos y también como regulador de las relaciones económicas para evitar los abusos que pueden ejercer quienes tienen una posición dominante y, por tanto, la capacidad de alterar las reglas del libre mercado. Esto lo defendían también reputados liberales como Adam Smith, que consideraba necesario el papel del Estado como garante de ciertos bienes públicos porque “ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz si la mayoría de sus miembros son pobres y desdichados”.
Luego no es solo una cuestión ideológica: también los datos avalan que las sociedades con estados fuertes y con recursos adecuados son más justas y más prósperas.