- La segunda mesa de la Escuela de Invierno defiende la identidad para identificar discursos de odio
- La catedrática de Filosofía Moral, María José Guerra Palmero conduce el debate en el que participa, Cristian Camilo Riveros Ruiz, de Radio Latina, Candela Guerrero Suárez, trabajadora social comunitaria, Nerea Blanco Marañón, filósofa y divulgadora, y el concejal socialista Jacobo López
La Escuela de Invierno del PSOE gijonés reivindica la memoria para romper las barreras de participación. Así lo han transmitido en la segunda mesa de la jornada en la que concluyen que el individualismo obstaculiza la participación o la dirige hacia idearios autoritarios que dinamitan la igualdad. Frente a este diagnóstico, los participantes defienden la identidad que permite identificar discursos de odio.
En ese sentido, la catedrática de Filosofía Moral, Maria José Guerra Palmero, conductora del acto en el que ha estado presente el consejero de Hacienda y Fondos Europeos, Guillermo Peláez Álvarez, ha asegurado que estamos viviendo transformaciones cotidianas en la información, lo que provoca que “en vez de hacer el análisis de la estructura social, señalamos a un culpable; ese el discurso de odio que golpea a la desigualdad. Es la estrategia de la ultraderecha para canalizar el malestar social y crecer a través de la desinformación, haciendo una especie de producción de la ignorancia social”.
Junto a ella han intervenido Cristian Camilo Riveros Ruiz de Radio Latina Gijón; Candela Guerrero Suárez, trabajadora social comunitaria, educadora popular y experta en participación social; Nerea Blanco Marañón, filósofa, escritora y divulgadora; y el concejal del Grupo Municipal Socialista, Jacobo López.
Riveros Ruiz ha puesto en valor que el PSOE es un partido que tiene en cuenta a las personas migrantes, en cuanto derechos y deberes. “Debemos tener claro de dónde venimos y a dónde vamos. Tenemos que construir para seguir haciendo camino”, asegura.
En esa necesidad de reconectar con la identidad ha hecho hincapié Candela Guerrero Suárez. “Tiene que ver con la identidad de clase, pero también con la memoria democrática. Los procesos participativos de acompañamiento a personas jóvenes tendrían que incluir reflexión sobre la educación en valores y la historia compartida para volver a conectarnos con esa mirada común”, afirma.
De la inmediatez, en su caso, ha abierto diálogo la filósofa Nerea Blanco Marañón. Ha disertado sobre la información que precisamente reciben los jóvenes: aquello que genera reacción. “No se nos ha permitido hacer un proyecto de vida y eso genera un desarraigo en la participación. Hay que llegar a la juventud y defender lo que sí hacen positivo, no siempre desde la crítica”.