Artículo del concejal César González publicado hoy en La Nueva España de Gijón
Dicen las crónicas que la inauguración del parque de La Serena, allá por 1973, fue recibida con gran alborozo en El Llano. No era para menos. Columpios, toboganes y demás juegos infantiles, bancos para el descanso de los mayores y la pista polideportiva iban a hacer las delicias en un barrio donde, hasta entonces, el recreo infantil se localizaba en los descampados y prados de los alrededores.
Resulta evidente que 45 años de vida dan para mucho. Dan para muchas horas de juego, dan para muchas anécdotas, dan para unos cuantos bocadillos de nocilla, dan para berrinches varios, dan para riñas motivadas, para besos inocentes y para alguna que otra cicatriz. Vamos, para ser el corazón de un barrio.
Pero lamentablemente lo que fue un punto de encuentro y un lugar para la convivencia pacífica se ha convertido en los últimos años en un espacio plagado de conflictos y problemas. Hasta que se cerrara el parque (sine die), la misma pista polideportiva donde se congregaban cientos de personas para ver los partidos de fútbol sala del mítico “Torneo Pasaje” se dedicaba a otros usos, en las zonas de juegos infantiles resultaba difícil encontrar niños y los bancos no servían para el descanso de nuestros mayores.
No vamos a valorar, una vez más, por qué el equipo de gobierno no ha dado respuesta alguna a los problemas de convivencia en este parque, ni siquiera a pedir explicaciones por algo tan inexplicable como que el parque siga cerrado después de un año cuando la previsión de las obras era de 4 meses. Pensemos en qué vamos a hacer con este singular espacio a partir de ahora.
Sí, pensemos, porque es evidente que la recuperación de La Serena como parque debe partir de la implicación de todos, de los responsables municipales, del tejido asociativo de la zona y por supuestos de todos y todas las vecinas del barrio. Pensemos, porque lamentablemente en el equipo de gobierno no se han puesto a ello. Sí, como lo oyen. Tras una pregunta del Grupo Municipal Socialista sobre las medidas que se iban a tomar para prevenir los problemas de convivencia existentes ante la inminente (a ver si es verdad) apertura del parque La Serena, la respuesta del gobierno de FORO es que estaban esperando a ver qué pasaba cuando se abriera el parque y si se reproducía algún problema, ya tomarían medidas. Nada nuevo bajo el sol.
Lo hemos dicho una y mil veces. La reurbanización del parque puede ayudar a evitar determinados problemas, pero ni estos ni las actitudes que los provocan desaparecen por sí solos. No hay soluciones mágicas, pero no es difícil plantear actividades que fomenten una convivencia pacífica y que dinamicen el parque, no es tan difícil diseñar la intervención social con determinados colectivos y, si llega el caso, no es tan difícil garantizar la seguridad ciudadana en la zona. No es tan difícil que los vecinos de El Llano 45 años más tarde reciban con alborozo la reinauguración de su parque. Es una cuestión de voluntad.