Noticia publicada en El Comercio 03/11/2019
Fotografía de El Comercio: Natalia González, delante del edificio de la Gota de Leche, sede de la Fundación Municipal de Servicios Sociales. /
Natalia González, concejala de Bienestar Social y Derechos
«No vamos a articular una nueva línea de ayudas para el comercio local. El objetivo son las personas y cubrir sus necesidades básicas»
Natalia González (Levallois Perret, Francia, 1966) tiene en su concejalía la llave para la aprobación de los próximos presupuestos municipales. Gestiona la decisión de suprimir la renta social, en su formato actual, del catálogo de prestaciones y sustituirla por una nueva línea de ayudas para favorecer la inclusión social y el empleo. Mañana afrontará un primer test con Podemos en la junta rectora de la Fundación de Servicios Sociales, donde presentará el presupuesto más alto de su historia.
– ¿Está satisfecha con los 21,9 millones presupuestados para su área?
Es un buen presupuesto porque hemos conseguido dotar económicamente aquellas partidas que en otras cuentas nacían cortas y que luego era preciso modificar. Así vamos a poder afrontar las necesidades tal y como las tenemos planteadas en un año en que vamos a trabajar en cuestiones que supondrán cambios en el futuro.
– ¿Qué cambios son ésos?
Estamos trabajando en la modificación de todo lo que tiene que ver con el catálogo de ayudas. Nuestro objetivo es hacer a medio plazo una ordenanza en la que se haga una regulación de todas las prestaciones, sobre todo las de carácter económico, que tengan además unos criterios para el acceso y baremación que sean comunes, coherentes y con instrumentos que agilicen la tramitación. Planteamos trabajar en esa ordenanza, que tendrá que armonizarse con la Ley de Garantías y Derechos del Principado, y a la vez ir haciendo modificaciones en las ayudas que se puedan ir viendo ya a lo largo del año que viene.
– ¿Por dónde van a empezar?
En este caso nuestras prioridades van a estar en la modificación de las ayudas de emergencia y a la integración, que no se modificaban de forma efectiva desde el año 2009. Queremos abrir un poco más el abanico con ellas y adaptarlas más a la situación que tenemos tras la crisis de personas que tienen una falta de recursos económicos sin que estén en una situación tan clara de exclusión social. Contamos con 1.700.000 euros. Nuestra idea es aportar remanentes si la partida se queda corta.
– ¿Qué novedades va a haber en 2020 con las ayudas a la energía?
Queremos tener preparada la convocatoria para el primer trimestre del año con una baremación que permita que no se considere solo la fecha de presentación de solicitud a la hora de tener en cuenta la prelación de las personas. El presupuesto casi ronda los 900.000 euros, que consideramos que podría ser suficiente para la demanda que solemos tener.
– También han elevado a tres millones de euros las ayudas que engloban a las becas comedor.
Queremos armonizar en una única convocatoria todas las ayudas que tiene que ver con la escolarización (becas de comedor, becas de atención temprana y las ayudas que desde Cultura se lanzan para la adquisición de material fungible para Educación Infantil segundo ciclo y Primaria). La idea es llegar al momento de matriculación de lo niños en abril/mayo.
– Otro aumento significativo es la partida para el servicio de ayuda a domicilio con 4,4 millones.
No estaba ajustada suficientemente la partida y no sabemos el devenir que podrá tener el contrato con Aralia en la virtualidad de que haya que rescindir por sus incumplimientos y volver a sacar la contratación.
– ¿La supresión de la renta social puede dinamitar la negociación presupuestaria con Podemos?
Podemos ha hecho sus declaraciones con lo que para este partido significa la renta y nosotros hemos tenido por nuestra parte un planteamiento que ha sido siempre bastante claro. Esta prestación en su día nació como una renta de ciudadanía, que pretendía garantizar unos ingresos mínimos a las personas que residen en la ciudad y eso no ha sido así. De hecho, personas que no tenían ningún ingreso se han quedado fuera. Se han beneficiado exclusivamente 2.879 personas diferentes, las tarjetas que ha habido, según datos de la Unión de Comerciantes. Está por debajo del número de personas que cobran el salario social en la ciudad (unas 7.000) y que probablemente necesitaban estas ayudas. Hay personas que han podido cobrar esta renta en dos convocatorias (en la primera de 2017 y la última de 2019) y hay personas que solo en una. Su aplicación ha sido un desbarajuste.
– Suficiente como para eliminarla.
Es que mientras se ha priorizado esta renta no hemos sido capaces de cubrir otras cuestiones. Viendo el presupuesto prorrogado que tenemos en ayudas de emergencia o de integración se bajó en 400.000 euros planteándose que esta renta social iba a sustituir eso, pero luego se ha gastado también 1,6 millones en ese programa. Desde el punto de vista de la atención a las personas quien la cobró seguramente le ayudó y habrá supuesto un parche a su situación, pero en ningún caso la resuelve y ni siquiera llega a todo el mundo. Porque una renta de ciudadanía como se planteaba en su origen solo puede articularse desde un ámbito nacional. Mantenerla con esa concepción desde lo municipal costaría 4,5 millones al año y eso es imposible.
– Y en su lugar introducen una nueva prestación bajo el epígrafe de ayudas complementarias con una partida inicial de 92.340 euros…
Queremos evaluar lo que ha pasado, el impacto que ha tenido la renta social con técnicos expertos en el ámbito de los servicios sociales y el tercer sector. Crearemos un grupo de trabajo para estudiar qué tipo de ayudas finalistas podemos articular que se centre en las necesidades de las personas dentro de su propio itinerario personal. Los comerciantes hablan mucho de la renta y eso es innegable, pero también es innegable la otra parte: que no llegó a todo el mundo, que la gente hizo colas en los centros integrados, y que quedaron sin valorar casi la mitad de las solicitudes del tercer y último llamamiento.
– ¿Qué pasará con esas solicitudes en barbecho?
El presupuesto que había se agotó. No sé cómo tengo la liquidación presupuestaria de este año, pero seguir incorporando dinero a una renta que dado lugar a estos desfases no tiene sentido. Lo mejor es hacer algo que tenga lógica y cubrir lo básico.
– ¿La reformulación de estas ayudas seguirá repercutiendo en la economía local?
-Todas las ayudas, incluido el salario social, tienen repercusión en la economía local. Son familias que tienen recursos y consumen en la ciudad. El planteamiento de las ayudas que se hace desde Servicios Sociales debe estar en mejorar las condiciones de vida y la inclusión social de las personas a las que están destinadas. Desde luego no vamos a articular una nueva línea de ayudas para el comercio local. Éstas irán destinadas a cubrir necesidades básicas y en la medida que cualquier acción que vaya destinada a las personas pueda además mejorar el comercio local perfecto, pero el objetivo son las personas.
– Igual les va a tocar ceder algo en aras del acuerdo de izquierda.
No sé cuánto tendremos que ceder, pero los grupos tienen que ser conscientes de todo lo quedará en el tintero si no hay presupuesto.