- Artículo del concejal del PSOE, César González, publicado hoy en La Nueva España
Mucho se ha hablado y escrito sobre la posverdad en los últimos tiempos, especialmente desde la victoria de Donald Trump en las presidenciales de Estados Unidos. La RAE define este término como distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales, lo cual nos lleva a pensar que sería injusto y falso afirmar que la posverdad empezó con el actual presidente norteamericano. Esa afirmación sería una posverdad.
Casos de utilización de la posverdad en política hay muchos, y alguno muy cercano. Cualquiera se acordará de la resurrección política de Álvarez Cascos cuando en 2011 fundó Foro Asturias, una fuerza transversal, ni de izquierdas ni de derechas, que iba a preocuparse y ocuparse de lo importante con un trabajo a tres turnos y que iba a eliminar los privilegios de la clase política. Un relato muy simplón que fue bien acogido por un electorado que colocó en la presidencia asturiana a alguien que había representado lo más rancio de la clase política española durante más de 30 años. Un relato que se difuminó en muy poco tiempo cuando comprobamos que los tres turnos eran de media hora y que la mejor manera de dar solución a los problemas de los asturianos era dar la espantada a los nueve meses. Un cuento chino, más que relato, de una formación que se dijo transversal, pero que en el Congreso de los Diputados no ha hecho más que seguir la senda del PP a la hora de aplicar recortes, aprobar contrarreformas e incluso criticar recientemente la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos.
Lamentablemente el último reducto de poder de Foro Asturias está en Gijón. Aquí el General Secretario tiene buenos discípulos que aplican esa máxima de la posverdad que dice que cuanto más grande sea la mentira que cuentas más fácil es que te crean. Una muestra la tuvimos en el último Pleno municipal cuando el concejal forista, el Sr. Martínez Salvador, dijo con desparpajo que con los gobiernos de Foro Asturias el desempleo había descendido mientras que en Asturias había ascendido. Una gran mentira, pues si se analizan los datos del desempleo en Asturias y en Gijón, desde que los casquistas gobiernan en Gijón el paro ha descendido un 12,72 % mientras que en Asturias el descenso ha sido del 13,62 % (datos extraídos del SEPE entre los meses de julio de 2011 y 2018). Es decir, que en Asturias, lejos de incrementarse, el comportamiento del desempleo ha sido mejor que en Gijón. O dicho de otro modo, si en Gijón la evolución del desempleo hubiera sido como en el resto de Asturias, en nuestra ciudad habría hoy 296 parados menos.
También el joven concejal de Foro Asturias habló de la evolución de las cifras del turismo y vino a decir que Gijón es el motor de la recuperación del sector turístico en la región desde que Foro gobierna la ciudad. Una explicación que entra de nuevo en el terreno de la posverdad, ya que, según los datos de ocupación hotelera del INE, Asturias, entre 2011 y 2017, pasó de 1.451.994 a 1.753.383 visitantes (un 20,76 % más), mientras que Gijón, en el mismo periodo, pasó de 388.435 a 409.902 visitantes (un 5,53 % más). Traducido para el Sr. Martínez Salvador, la mejoría de los datos turísticos en Gijón desde que Foro Asturias gobierna es sensiblemente peor que en Asturias. Es más, si Gijón se hubiera comportado como el resto de Asturias, el pasado año hubiéramos recibido 80.769 turistas más en nuestra ciudad. Casi nada.
Estos alegatos y alguno se enmarcan dentro de una campaña que trata de presentar a la Sra. Moriyón como una persona solvente en su carrera como candidata regional. Se puede decir que el pistoletazo de esa campaña lo dio la actual alcaldesa de Gijón en el acto inaugural de la 62 Feria Internacional de Muestras de Asturias con un discurso sobre las supuestas bondades de su gestión. Afirmaba con rotundidad en su intervención que “en siete años no subimos los impuestos”, una versión distorsionada de la realidad pues, si analizamos el índice de presión fiscal por habitante (ingresos de los capítulos I, II y III entre el número de habitantes), resulta que Gijón pasó de ingresar 482,81 euros por habitante en 2011 a 509,30 euros, lo que supone una subida del 5,49 %. Cabe reseñar que dos días antes fue aprobada una subida de las tasas de EMULSA de un 5 % para este mismo año.
Es indudable que la Sra. Moriyón está en campaña y tiene todo el derecho del mundo a estarlo. Que nadie se preocupe por ello, pues la regidora decía recientemente que los proyectos más importantes estaban avanzados. La pregunta inmediata es: ¿cuáles? Pues eso, posverdad.