Artículo del concejal César González publicado el 17/09/2016 en La Nueva España
15:22 horas de la tarde del pasado jueves. A punto de salir por la puerta de casa recibo una llamada: “César, se nos están inundando los locales otra vez y aquí no aparece nadie”. Esta llamada de auxilio procedía de una comerciante de la calle Brasil que volvía a ver, 15 meses más tarde, como su negocio y los de los alrededores quedaban anegados. No fue la única en un cuarto de hora fatídico para estos vecinos y vecinas.
Un episodio similar se produjo el 13 de junio de 2015, el mismo día y a la misma hora en la que los concejales y concejalas de la actual corporación municipal tomábamos posesión de nuestra acta. Por aquel entonces se nos explicó que la lluvia había sido muy intensa, que había pleamar y que el crecimiento de la red de saneamiento en la zona Oeste había provocado el colector de la calle Brasil no diera abasto. ¿Solución? Según los anteriores responsables de la Empresa Municipal de Aguas, ante el crecimiento de la red en la zona Oeste, la solución pasaba por la construcción de un pozo de tormentas en la Playa de L’Arbeyal. También se nos dijo que ya era una inversión prevista para este mandato y que no se acometió con anterioridad por aquello de racionalizar el gasto.
Tanto la explicación como la solución aportada pueden parecer razonables. El problema reside en que la Empresa Municipal de Aguas (EMA) tiene una hucha, según datos de diciembre de 2015, de casi 28 millones de euros, lo cual hace difícil explicar a nadie que se estuviera esperando a acometer esta obra para no gastar más de la cuenta. Más aún si tenemos en cuenta que una obra de esas características, entre tramitación, redacción y ejecución de proyecto, puede llevar en torno a cuatro años.
Pero el problema no reside únicamente en la visión austericida de Moriyón y su equipo. También en una incapacidad de gestión que ha tenido su máximo exponente en la Empresa de Aguas. Incapacidad que se demuestra en que, ya con una renovada dirección, hasta el próximo jueves no se aprobará la licitación de la redacción del proyecto. 15 meses hemos tenido que esperar para situarnos en el punto 0 de un proceso que, entre redacción del proyecto, adjudicación y ejecución de la obra, puede alargarse, si no hay ningún contratiempo, 4 años.
Esa incapacidad de gestión también ha motivado que Moriyón y su equipo no tomaran la una decisión necesaria para la mejor marcha de la EMA: el cese de la anterior dirección. Tuvo que ser la salida por voluntad propia del anterior gerente la que motivara el cambio en la dirección de la empresa.
Varios frentes son los que tiene abiertos la EMA en la ciudad y a los que tendrá que hacer frente la nueva dirección. Teniendo en cuenta que lo relativo a la depuración en la cuenca Este, tal y como ha expresado la Alcaldesa en varias ocasiones, depende fundamentalmente del gobierno de España, no resulta complicado concluir que dar solución a los problemas de saneamiento en la zona Oeste debería ser prioritario para Moriyón. Aquí no dependemos de ninguna otra administración. Vecinos y comerciantes de La Calzada no pueden esperar más. Sra. Alcaldesa, atienda la llamada de auxilio que le están lanzando.