- El PSOE alerta de que la empresa municipal es hoy en día un “cascarón vacío” donde las decisiones se toman a puerta cerrada en el despacho de su presidente Oliver Suárez
- Carmen Eva Pérez Ordieres (PSOE): “Con la traición del concejal tránsfuga a Vox, el gobierno forista ha perdido el control sobre la empresa municipal”
- La concejala y portavoz adjunta critica que no haya ni análisis, ni debate, ni consenso en el seno del Consejo de Administración
Divertia cuenta con un presupuesto que renuncia al propósito cultural, festivo y recreativo que contemplan sus estatutos. Tras el Consejo de Administración celebrado este mediodía, el PSOE apunta que es el resultado de un compendio de decisiones tomadas a puerta cerrada en el despacho de su presidente, Oliver Suárez, con la finalidad de continuar con privatización del ocio y del espacio público que se ha iniciado en el presente mandato. “Divertia es hoy por hoy un cascarón vacío. Las decisiones transcendentales como la ampliación de la Semana Grande o la importación del modelo de casetas se han tomado sin conocimiento de los integrantes del Consejo; no hay debate, ni análisis, ni consenso”, señala la concejala y portavoz adjunta del Grupo Municipal Socialista.
Para Carmen Eva Pérez Ordieres todo ello es consecuencia de la pérdida de control del gobierno sobre Divertia tras la traición del presidente de la empresa a Vox, el partido con el que cogió el acta de concejal. Por ello, con el fin de otorgar hoy los poderes al gerente de la empresa municipal, han tenido que incorporar representantes del comercio y la hostelería. “No tenía los apoyos suficientes; el gobierno maneja el poder a su antojo. La crisis del pacto con Vox para nombrar a la alcaldesa continúa. Divertia era el precio a pagar para garantizar los sillones y los votos de la extrema derecha, pero la traición del tránsfuga a Vox les hizo perder la mayoría y ya no les interesa que en el Consejo de Administración haya información”.
Los socialistas critican que en la suma de nuevos consejeros no haya ni un solo representante de los vecinos y vecinas. “El presidente, poco amigo del rigor administrativo, sucumbe a intereses que rompen los equilibrios por los que siempre se caracterizó el verano gijonés. La Semana Grande, a manos de la derecha, se aleja cada vez más de ser la festividad de los gijoneses y gijonesas con decisiones unilaterales a puerta cerrada. El equipo de Moriyón nos convierte cada vez más en consumidores y cada vez menos en ciudadanos”, concluye Pérez Ordieres.