Artículo de Opinión de Luis Manuel Flórez «Floro», portavoz del Grupo Municipal Socialista de Gijón/Xixón, publicado el 15 de febrero de 2025 en La Nueva España.
El juicio contra el señor Álvarez Cascos y las declaraciones de los diversos testigos han puesto de manifiesto el desastre, ético, político y de gestión que es FORO y quien lo representa.
La sentencia dice que los gastos que cuestiona la actual dirección del partido no pueden ser considerados como un delito de prevaricación porque formaban parte de sus acuerdos internos. Lo realmente relevante, por tanto, no eran los gastos que podría ‘pasar’ el señor Cascos, sino que los órganos de control y gestión de FORO, en los que la alcaldesa Carmen Moriyón tenía voz y voto, los aceptaban.
Precisamente, la máxima regidora de Gijón llegó a reconocer que firmaba actas sin leerlas; la misma que hoy dirige los destinos del municipio. Esto me lleva a preguntarme: ¿en manos de quién estamos? ¿Cómo puede representarnos alguien así?
Les faltó tiempo a los dirigentes de FORO decir que era “su deber político, ético, y moral» denunciar lo que curiosamente habían estado permitiendo.
Debe ser que la reacción ética tiene horario canario, o tal vez antes no eran ‘libres’ y ahora sí… Lo cierto es que hay libertades baratas que no van más allá de la mera palabrería vacía y la falta de transparencia, mientras que hay otra libertad cara, que tiene contenido y da sentido a una ética y una moral que justamente no se aplicó en su momento la señora Moriyón, cuando fue condenada por uso indebido de fondos públicos, ya que tendría que haberla llevado, como persona libre que dice ser, a plantearse su dimisión como alcaldesa, algo que no hizo y que probablemente no hará, dejando muy claro que no parece que esté muy dispuesta a pagar ningún precio personal.
No es así como entiendo el ejercicio de la actividad política. Es más, estas cuestiones crean desafección y falta de credibilidad en los valores democráticos de muchas personas. Una democracia que, hoy más que nunca, es necesario potenciar y mejorar para que rompa las distancias entre gobernantes y gobernados. Para ello, debemos ser transparentes, participativos y coherentes, solo así podemos romper la brecha de la desconfianza y ganar en credibilidad.
Lo que hemos podido ver y leer estos días, sobre el modus operandi de FORO y de Carmen Moriyón no ayuda a este necesario cambio y se ha convertido en un obstáculo para la democracia.