Noticia publicada en el Diario El Comercio el lunes 9 de noviembre de 2020
Hace casi veinte años que Gijón decidió abrir el primer centro público de 0 a 3 años. Ahora funcionan trece y se unirá el del colegio Cabrales
Es un proyecto más que consolidado en la ciudad y nadie duda a estas alturas de la necesidad de que siga creciendo. La red de escuelas infantiles de Gijón, la más amplia de Asturias, sumará en 2022 su centro número catorce, pero no será el último. De hecho, el equipo de gobierno ya tienen en mente las zonas que más necesidad presentan en estos momentos y busca ubicaciones para abrir más oferta. La lista de prioridades la encabeza la zona de El Coto-La Arena, seguida por El Llano. Según el concejal de Educación y Cultura, Alberto Ferrao, se trata de áreas con gran número de población y que quedan más alejadas de las escuelas que funcionan en estos momentos. «Estamos mirando dos o tres posibilidades», ha admitido el propio concejal.
Lo cierto es que en estos momentos están cubiertas las zonas más céntricas de la ciudad y algunos barrios. También parte de la zona rural con la escuela de Vega La Camocha. La intención es, de hecho, que el presupuesto que el gobierno municipal presentará en los próximos días pueda incluir una partida al menos para poder contratar la elaboración del proyecto de un nuevo centro en estas ubicaciones, explica el concejal. No en vano, la ampliación de la red de 0 a 3 años forma parte del acuerdo de gobierno de PSOE e IU, como equipamientos básicos para la conciliación de la vida laboral y familiar.
Aunque también es cierto que siempre se ha tenido en cuenta también la importancia de esa primera etapa de Educación Infantil. De hecho, uno de los objetivos de todas las administraciones en materia educativa pasa siempre por ampliar la escolarización en esa etapa. El último informe PISA reveló incluso su papel en los resultados académicos futuros de los alumnos.
«La intención que tenemos como Ayuntamiento es tratar de abarcar el mayor territorio posible», explica Ferrao. La alta demanda que registran estas escuelas demuestra, curso tras curso, la necesidad que existe en la ciudad. Aunque los ayuntamientos han advertido en numerosas ocasiones de que su mantenimiento supone un alto coste para las arcas municipales y se ha debatido hasta el infinito la necesidad de su incorporación a la red de centros que dependen del Principado, lo cierto es que en la medida de sus posibilidades los municipios mantienen este servicio.
Al menos así ha sido siempre en Gijón, ciudad que fue pionera en la región. En el año 2002 se puso sobre la mesa la necesidad de iniciar una red asturiana de centros para los más pequeños, de 0 a 3 años. Hasta entonces, en Gijón había dos guarderías públicas que dependían de Servicios Sociales y una tercera, Atalía, del Ayuntamiento. La nueva red proponía un modelo distinto: los municipios plantean su disposición al Principado y facilitan el suelo y la Consejería de Educación da el visto bueno. Después existe un convenio a dos bandas por el que el ejecutivo regional transfiere un presupuesto anual que, en todo caso, no cubre todos los gastos. Así, en marzo de 2003 se inauguraba la escuela de La Serena, en El Llano, con 68 niños. A partir de ahí la red de Gijón creció a gran ritmo.
La última, en Contrueces
Entre 2003 y 2006 abrieron sus puertas Los Playinos, en Cimavilla; Los Escolinos, en Ceares; Los Raitanes, en La Calzada, y Los Pegoyinos, en la avenida de la Constitución. Hubo después un pequeño parón y en 2009 se abrió el centro de Tremañes y se asumió la de Atalía, que si bien es quizás la escuela más antigua, como queda dicho hasta entonces no dependía de Educación.
En 2010 se inauguró la escuela de Viesques y, un año después, la de Vega-La Camocha. En 2012 se puso en marcha la de Nuevo Gijón y en 2013 una de las más demandadas, la de Nuevo Roces. A partir de 2013 la cuestión se complicó. Por otra parte, en aquellos primeros años se produjo el primer cierre de una escuela infantil, la de Monteana. Había sido la primera apuesta en la zona rural gijonesa pero no consiguió mantener una matrícula suficiente, por lo que se ordenó su cierre en el curso 2009-2010.
La cuestión es que desde 2013 ha habido que esperar a este mismo curso para sumar más plazas a una red que nunca alcanza para cubrir todas las necesidades. La escuela de Contrueces abrió sus puertas finalmente en septiembre tras años de espera y adelantándose incluso a un proyecto más antiguo, el que convertirá el antiguo colegio Cabrales en la escuela infantil Eusebio Miranda. Las obras de esta última han arrancado hace solo unos días y su apertura está prevista para 2022.
Con la escuela de Contrueces la red suma más de 900 plazas. Cuando abra sus puertas la del centro de Gijón serán ya más de un millar de puestos disponibles. La previsión es que las que se proyecten a partir de ahora tengan mayor capacidad para atender la demanda.